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¿Utilizar consumibles compatibles puede anular la garantía de mi impresora?
NO. La respuesta es rotunda y clara.
Ni los cartuchos de tinta ni los tóner son considerados como elementos integrales de la impresora. Son creados para ser cambiados, con lo cual se consideran suministros. Y los clientes tienen libertad para elegirlos de la marca y tipo que consideren adecuado.
“La Directiva Europea declara que ningún productor, importador o distribuidor puede obligar legalmente a comprar suministros exclusivos como condición de la venta del equipo o para dar al cliente el servicio de garantía. La Directiva Europea 2002/96/CE impide que los fabricantes originales introduzcan trabas a la reutilización, los obliga a que hagan recargables los cartuchos y no exista una exclusiva monopolística sin que puedan comprar al resto. El parlamento europeo votó a favor de una directiva sobre la reutilización de dispositivos eléctricos y electrónicos (Waste Electrical and Electronic Equipment Directive, WEEE). Según la WEEE, los fabricantes de impresoras tienen la obligación de hacer sus cartuchos de tinta recargables y también deben abstenerse de acciones que imposibiliten la recarga y que obliguen al usuario a comprar sólo cartuchos originales.”
Existen dos tipos de garantías en las impresoras: la garantía legal y la garantía comercial adicional.
La garantía legal es la que da el fabricante. Es de 2 años y por ley está obligado a cumplirla.
La garantía comercial es un valor añadido que puede darnos el fabricante, por ejemplo, un tercer año adicional cumpliendo una serie de condiciones (normalmente comprar sus propios consumibles).
Esta es la única que podríamos perder en caso de no utilizar los mismos repuestos de la marca.
Por lo demás, hay que regirse por las normas del libre mercado y, mientras no se infrinjan las patentes de fabricación y se respeten las leyes, no hay motivo para perder la garantía.
Dado que cada vez hay más clientes que se decantan por consumibles no originales, las marcas intentan poner todo tipo de objeciones ante cualquier problema. De ahí la importancia de que tengamos claro cuáles son nuestros derechos y qué podemos reclamar.